13 dic 2008

Ubangui Stomp 2008


¿Y quién dice que no se puede retroceder en el tiempo? En estos días de usos y desusos, de consumo fácil y productos destinados a reciclar, aún hay personas y personajes que mantienen su amor por cosas que apenas cambian, y consiguen mantenerse al margen del usar y tirar. Los Rockers continúan ahí, siendo testigos de un genuino lifestyle romántico y nostálgico inspirado en los 50´s americanos. Eso si, puede que para algunos reinterpretado o por qué no… reinventado. Pero ¿cuándo no fue así?. Y es que ya me saben a pasado los blancos y negros de García-Alix, que acompañado siempre por sus chicas: Hassel y Leica, retrató en los movidos “80”, todas aquellas estampas de Rockeros castizos, con patillas y chupas de cuero, que lucían tatuajes a las entradas de los bares. Los más afortunados subidos a sus motos, los menos al caballo llamado “de donde no se vuelve”. Y de toda aquella época, descontando las bajas aun quedan activos testigos de esa evolución, que dan el relevo hoy a nuevas generaciones. Ellos ahora comparten escena en un mismo espacio junto a algún Phsicobillies y algún que otro despistado Neo-Mod, sombreros de ala corta y piercing en la cara, mascaras de lucha mejicana, y bailarinas burlesque, pero todo ello en un ambiente mucho más sofisticado. Los tatuajes azul “bic” de borde desenfocado, dibujados tras un pacto de amor en estado beodo a pulso de alfiler, han dado paso a policromáticas golondrinas marineras, que prometen su regreso en simétricos vuelos sobre cielos escotados de nubes rojas. Son otros los retratos que hoy nos tocan, quizás más cinematográficos, y aunque en este mundo siempre se ha lucido esa mirada indiferente, importa y mucho lo que se muestra cara a la galería. Y esas son las oportunidades que mi amigo Alay aprovecha para dejar constancia con sus colores eléctricos de lo que hoy se vive en nuestro pais. Bajo su promesa de retratar esta cultura desde dentro, y no soy solo un observador curioso. Se embarcó con la premisa de amor por el rock&roll clasico y todo lo que caracterizó los años 40, 50 y 60 del siglo pasado, en el ambicioso proyecto de retratar la actualidad de este fenómeno en nuestro pais, desnudandonos el interior de un camerino o dejandonos ver qué es lo que sucede en una de esas reuniones de viejas Sanglas. Y guiado por su pasión por las mujeres tatuadas nos cuela en Brooklyn, para ver qué sucede cuando una abogada del bajo Manhattan, después de su jornada desabrocha su traje de corte ejecutivo, para descubrir su ilustrada piel en lencería de encaje negro. Los rockers han demostrado ser incombustibles en los 50, los 80 y ahora en el nuevo siglo.

Todo este espíritu se dio cita en la ciudad de Benidorm, nuestra California particular. Y para más INRI en lo más profundo del hotel más alto de Europa: “El Bali”… ¡Toma ya! Y allí me dirigí junto con el paparazzi aquella noche del viernes, en la que la lluvia nos dió tregua para poder enfundarnos en nuestras chupas, arrancar las Triumph y cargados de nuestras reflex, conectar los condensadores de fluzo para comenzar nuestro viaje iluminado por tungsteno al Ubangi Stomp, a pasar un fin de semana: teñido por el color de los tattos y estampados hawaianos. En el que alguna que otra PinUp fue rescatada del fuselaje de un viejo “Spitfire” por algún Romeo, con la excusa de saciar su sed, a ritmo de Rock & Roll primigenio.

Lo primero que hicimos al llegar al punto de encuentro, fue asediar una habitación cedida, pero no concedida, de la planta treinta y tantos que me persigue tanto últimamente. Y tras dejarla llena de objetivos, flashes y cascos, recogimos nuestras acreditaciones y fuimos, acompañados por los bramidos de nuestros britanicos Twins, a tomar unas birras de las muy, muy frías, con el propósito de facilitarle el trabajo a nuestras musas, en aquella extraña noche, en la que zombis y vampiresas de pega, ocupaban las barras del bulevar, ofreciendo chupitos y bocados. Pero como de morder allí no iba la cosa, buscamos otro sitio donde hincar el diente. Entonces fue cuando tropezamos con el ese pequeño New York en blanco y rojo frente al Hotel Bali, donde acompañados de los primeros personajes de la noche, entre patatas y ketchup, le dimos su merecido a una hamburguesa de media libra, con la que sí aguantaríamos toda una noche y de tirón, dentro del Ubangi Stomp.

Pocas veces tiene uno la oportunidad de ver tanta grasa para el pelo sosteniendo esos tupés de estructuras imposibles, chaquetas de leopardo y chupas en las que es difícil distinguir el negro de su cuero por su alto contenido en emblemas, tachuelas y bordados, gafas de pasta y peines en los bolsillos. Y de no ser por los techos bajos de placas desmontables, que de mala manera rebotaban la luz de mi flash, podría haber creído estar dentro de una fiesta de ex-alumnos en el estado de Memphis. Difícil en reuniones como esta no ampliar la agenda para futuros encuentros, como por ejemplo a la Taberna de Hank, y tomar sidra mezclada a partes iguales con Blues y pescadores del norte o recuperar la conversación de royalties que dejé pendiente con Rockin Pauly. Me alegro ver de nuevo a “Ito”, ese tipo enorme y parco en palabras, al que no veía desde que lo conocí en aquel bar de “la Latina” aquella noche en la que el iluminaba con sus tachuelas, mientras yo lo hacia con una estrella.

El Ubangi Stomp, con su tercera edición (2008), se consolida ya como uno de los festivales de rock&roll ineludibles de nuestro país. Hace años que ya no hace falta salirse de nuestra piel de toro para escuchar buen Rock & Roll. Nunca fue más cierta la letra de Warren Smith para Sun Records en la canción que da nombre al festival:

Well, I rocked over Italy and I rocked over Spain.
I rocked in Memphis; it was all the same.

Como breve repaso del cartel destacaría la actuación de Slimpmates (los primeros del sábado) que se revelaron como la grata sorpresa dentro del festival con su estilo a caballo entre country y blues, dejándo a todos un buen sabor de boca. Junior Marvel, un tío con presencia, nos ofreció su buen rockabilly en un selecto repertorio en el que brilló su pequeño homenaje a Cavan Grogan en Bop pretty baby. Todo ello con un muy buen sonido. Y los Vibrants, esos tíos de Zaragoza que, como corresponde a su tierra, nos dieron una buena dosis de buen rollo con una fórmula de sencillez y de cachondeo, que puesto en escena es algo que siempre funciona. Y es que a estos tipos por muchas veces que los veas, nunca defraudan.

Y aquí nos quedamos escuchando viejos vinilos, ya que…
“The Rock & Roll is here to stay.”
Danni and the Juniors.

Me muevo hacia delante para atrapar mi propio tiempo y el tiempo va siempre atrás…
De donde no se vuelve.

Mis ambiciones las colmaba mi moto. ¡Vivir rodando! ”Las carreteras que no prometen la tierra de su destino son las carreteras amadas”
René Char.

Apurábamos lo eterno de la vida.

La vida por bandera. Sostenidos por nuestra vitalidad, derrochábamos… Nada era suficiente. Nada era suficiente.
¡Un día más!

Éramos jóvenes. Ingenuos. Irreverentes. Inquietos. Agitadores… Creativos… Larga vida al Rock ´n´Roll!

Alberto Garcia Alix* extractos del vídeo "De donde no se vuelve".